Maternidad real

¡Buenas!
¿Qué tal va el fin de semana? ¡Espero que muy bien!
Hoy en Piolineando quiero hablaros de un tema muy importante y creo que muy necesario y es hablar de la maternidad real, la que vivimos cada madre en el día a día y no la que se muestra en las redes sociales, etc.
Quizá hay muchas personas que leáis este post que no os sintáis identificadas, pero sé que muchas de vosotras sí que lo estaréis y que a las embarazadas, mamis primerizas y muchas mamis en general, les vendrá muy bien leer ciertas cosas para sentir que las cosas que nos pasan son normales, que no eres un bicho raro ni que esto sólo le pasa a tu hijo.
¡Arrancamos!
Ser madre es una decisión libre y personal que no todas las mujeres tienen que tomar, dejemos ya de hacer las preguntitas de "¿y tú para cuándo? Se os va a pasar el arroz" y demás "frasecitas" con las que podemos hacer mucho daño a las personas que se las digamos, porque nadie sabe si no puede tener hijo, si lleva tiempo intentándolo y no se queda embarazada o si no quieren tener hijos y les está molestando el comentario.
Por otro lado, a lo que yo me refiero con maternidad real, es esa que tanto cuesta a veces contar, porque eso "no queda bien" o "no es bonito" o porque parece que "nos estamos quejando".
Para mi, ser madre es lo más grande y lo mejor que me ha pasado, era lo que más quería en la vida, tener dos hijos y la parejita, y parece que todo ha salido a pedir de boca, no puedo estar más agradecida y feliz por ello, me siento realizada, completa, plena, me faltan las palabras para describirlo.
Partiendo de eso, porque una cosa no quita la otra, está siendo una época durísima, de estress, cansancio máximo, poco sueño y de poca calidad (al no dormir seguido) y eso afecta al día a día, al humor y evidentemente a todo. Los ratos libres, de relax viendo una peli, leyendo, yendo a cenar, al cine, se ha convertido en una cosa excepcional que hago de vez en cuando (cuando los peques se quedan con los abuelos) y el no tener un ratito para uno mismo, para desconectar, es duro.
Todo esto ha sido mil veces más cuando llegó el segundo hijo, ahora veo que con sólo uno todo era muy fácil y relajado en comparación con ahora (cosa que en el momento no me daba cuenta).
Te cambia la forma de pensar, las prioridades, los gustos, en que dedicas el tiempo, la vida social, los amigos, el tiempo en familia, todo es distinto, eso no es peor ni mejor, simplemente diferente.
A veces, mentalmente es difícil de asimilar tantos cambios en cada etapa del bebé y después del niño y hay que poco a poco aprender a que no pasa nada por no llegar a todo (yo todavía me pongo "mala" si creo que un día no he hecho todo lo que quería), disfrutar de los pequeños momentos que dan la felicidad y dejar atrás lo que no nos aporte, no pasa nada.
Yo veo muchas veces cosas en Instagram que digo, ¿y como esta mamá llega a todo y yo no? ¿Cómo tiene tanta paciencia? Pero no vamos a engañarnos, las redes sociales son una "falsa realidad" ya que sólo se muestra una parte minúscula de cada uno y siempre, la buena. No queda nada bien sacar a los niños en una rabieta y como gestionarla, pero no te preocupes, esos niños también la tienen y también a su madre le cuesta y se pone nerviosa por solucionarlo.

Y como este tema es inmenso y el post se haría eterno, lo dejo por hoy y otro día vengo con más reflexiones de este tipo. 
Me gustaría, si os apetece, que me dejéis en comentarios vuestra opinión y experiencias, será de mucha ayuda para mi y para todos :)

Un beso enorme mamis del mundo.