¡Buenas Piolineras!
¿Qué tal estáis? ¿Cómo lleváis el domingo?
Aquí vengo un domingo más en Piolineando y en este caso a contaros como fue mi segundo parto, del cual hace ya casi un mes y es que Baby Piolina hace este martes 13 un mesecito con nosotros.
Cuando nació Baby Piolín, os hice un post con mi parto natural que en realidad, se llama parto vaginal normal, pero bueno, yo que no andaba muy puesta en términos médicos y me parecía que si era el parto "normal", que no era cesárea, se le llamaba parto natural y no es así.
Al caso, que me lío, que en el post de hoy os voy a hacer un resumen de lo que fue mi segundo parto, que también fue un parto vaginal normal y bueno, en este caso "más natural" que el primero, jajaja, ahora os cuento.
Todo comenzó el viernes 12 de Octubre, fiesta nacional en España y día en el que yo decía que iba a nacer, lo llevaba diciendo mucho tiempo, aunque claro, llevaba ya desde la semana 36-37 deseando cada día que fuera ese día el que naciera, ¡estaba como loca! Y no porque lo llevase mal ni nada por el estilo, al contrario, me encontraba divinamente, pero quería tenerla ya conmigo y las últimas semanas se hacen muy largas, así que yo era un ansia viva total.
Total que después de pasar el día con algunas molestias, por la tarde al llegar de pasear y estar cenando, vinieron las pequeñas contracciones, y una vez me fui a sentar en la cama, una pequeña fisura de la bolsa me hizo mojarme un poquito y saber (porque fue exactamente lo mismo que me pasó en el parto anterior) que el momento del parto había llegado, así que cogimos todo, llevamos a Sergio con los abuelos y nos fuimos al hospital.
Allí se confirmó lo que yo ya sabía, que la bolsa se había fisurado y que estaba de parto, ya había dilatado 3cm y las contracciones empezaban a ser más notables y continuas. A las 12 y pico (de la noche) me pasaron al paritorio y en un rato empezó la fiesta.
Para que no se haga muy largo y no os aburra, os resumo que me consiguieron poner la vía a la cuarta, ya con tres venas rotas y un dolor que mejor ni os cuento y tres personas diferentes intentándolo (me han puesto vías muchas veces y siempre a la primera) y durante todo el parto, como te toman la tensión automáticamente cada 15min, cuando eso se hinchaba, yo creía que se me iban a reventar los dos brazos del dolor.
Lo mejor vino cuando pedí la epidural, al rato me la pusieron, avisé de que en el parto anterior sólo me hizo efecto en un lado y me tuvieron que dar un "chute" extra para conseguir que el otro lado se durmiera, pues para mi desgracia, esta vez fue igual, pero además, con el "chute" extra no conseguí nada, así que con las contracciones a tope y creyendo que iba a morir de dolor di a luz, así que esta vez, no puedo decir que bendita epidural, en todo caso, maldita epidural que no me has servido de nada.
Así que pasé lo que no está escrito en lo que a dolor se refiere, los minutos se hacían eternos, yo me estaba volviendo loca y quería que eso parase ya como fuera porque al final ya apenas notaba la subida y bajada de las contracciones, era un dolor horrible todo el rato, sin parar, vamos, que si me llegan a grabar en esos momentos puedo protagonizar a la niña del exorcista sin ningún problema, así estaba yo, poseída jajaja.
Eso sí, llego la dilatación completa y me tuvieron que decir que esperase y no apretase porque la niña salía y allí no había nada preparado, así que apreté una vez, ya estaba la cabeza fuera, apreté otra vez más suave, me dijeron que si queria coger a la niña y sacarla yo misma para ponerla encima mío y así hicimos, fue visto y no visto y ahí ya se pasaron todos los dolores y sólo había emoción, felicidad máxima, alegría, una explosión de emociones y sentimientos que no se pueden explicar y que son una auténtica pasada.
Sobre las venas rotas, estuve casi dos semanas con los dos antebrazos amoratados de una forma exagerada y con dolor y abultado, pero bueno, eso ya ni me importaba...
Y ahí estaba Baby Piolina en mis brazos, tan preciosa, tan suave, tan pequeña, con los ojos abiertos y yo tan enamorada de ella desde el primer instante, que os voy a contar...
No puedo acabar el post sin daros las gracias una vez más por todas las felicitaciones y muestras de cariño que me disteis cuando nació Silvia, ¡mil gracias a todos!
Un beso enorme.
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