Parto natural

¡Buenas Piolineras!
¿Qué tal estáis? ¡Espero que genial!
Por fin he sacado un hueco para sentarme tranquilamente y escribiros este post, hablando de como fue mi parto y las horas que pasaron hasta que nació Sergio.
Ya sabéis, como os he ido contando en los posts: primer trimestre de embarazo, segundo trimestre y tercer trimestre que tuve un embarazo muy bueno, sin ninguna complicación y con pocas molestias y eso que me pilló todo el calor del verano en Madrid, que eso es un horno, pero hasta el último día estuve muy ágil, yendo a la piscina, paseando y haciendo una vida de lo más normal y hoy me pongo a contaros de lleno lo que fue el día de mi parto cuando cumplía 39 semanas + 1 día de embarazo.

Llevaba unos días que tenía algunos dolores en algún momento del día, sobre todo por la noche, pequeñas contracciones, o eso creía yo, pero se pasaban.
La madrugada del domingo al lunes 12 de Septiembre me desperté y noté "que me hacía pis encima", me senté en la cama y comprobé que sí, que me había mojado, pero no era un río ni nada parecido, sólo un poco mojada la braguita. Jesús se despertó y al verme sentada me preguntó si estaba bien y mi respuesta fue: creo que he roto aguas. Y ahí empezó la fiesta, jajaja.
Fui al baño y noté que estaba expulsando también el tapón mucoso. Como nada era exagerado, nos duchamos y desayunamos, aunque eran las 4 y pico de la madrugada, porque no sabíamos lo que iba a durar la cosa y bien que hicimos, porque si no habríamos pasado un hambre...
De camino al hospital empecé a notar contracciones, y ahí es cuando me di cuenta de lo que de verdad eran contracciones y no lo que yo creía que eran cuando algún día me daban dolores en casa. Pero estaba genial, de hecho aparcamos, y había un trocito hasta llegar a Urgencias y fui andando tan tranquilamente.
Sobre las 5:30 llegamos al hospital (di a luz en el Hospital Infanta Sofía en San Sebastián de los Reyes, Madrid), me hicieron la prueba de si era líquido amniótico y en efecto así era, pero la bolsa sólo se había fisurado, por eso nada más que salió un poquito y ya me dejaron ingresada.
Como todavía no estaba de parto, sólo había dilatado 1-2cm, me dejaron en la sala de dilatación esperando a que me pusiese de parto por si sola y si no era así, provocármelo, ya que no pueden pasar más de 12h desde que se rompe la bolsa a empezar con el parto, porque el bebé podría sufrir consecuencias al no tener el líquido que lo protege de infecciones, etc.

Las contracciones iban aumentando de intensidad y eran cada vez más frecuentes, y aunque el dolor era elevado, se podían aguantar. Pasadas un par de horas pedí que me quitasen el monitor para salir al pasillo a pasear y así quizás hacer que todo fuese avanzando y ya en el pasillo me tenía que parar y agarrarme del dolor cuando me venía una contracción.
Resultó que ya había dilatado 3-4cm así que la matrona me dijo que me duchase, que ya no iba a hacer falta provocarme el parto porque estaba dilatando bien, que me pondría un poco de oxitocina y listo y a las 12 me pasaban al paritorio.
Llegué al paritorio a las 12 de la mañana y ya estaba de 6cm así que si siquiera me pusieron la oxitocina, de lo que podía haber sido un parto provocado a ni siquiera necesitar oxitocina. Y nada yo todo convencida le dije a la matrona cuando me preguntó que si quería la epidural que yo en principio sí quería ponérmela pero que si seguía así, aunque me dolía mucho, podía aguantar, ¡que ilusa! Ya me dijo ella, van a ir a más, no aguantes demasiado que luego hasta que viene el anestesista y te hace efecto son unos 40min y se te van a hacer eternos si estás ya que no puedes más. Parece que fue una premonición porque fue irse la matrona y a los 5min las contracciones eran insoportables, pero a unos niveles que yo nunca creía que llegaría a sentir tanto dolor, exagerado, ese momento de subida de cada contracción en el que sentía que me iba a morir, agarraba a Jesús como si no hubiera mañana y casi en un grito dije ¡¡que me pongan la epidural ya!!
La anestesista tardaba un poco en llegar y yo ya estaba "¿pero donde se ha metido? ¡que venga ya!" con unos dolores tremendos. La anestesista llegó, me puso la epidural, increíble el momento de ponerla, que te venga una contracción que te mueres del dolor y que aún así no te muevas ni un cm porque sabes que si te mueves la aguja se puede ir por donde no debe y te pase algo grave. Me hizo efecto rápido, pero sólo en un lado, así que en el otro seguía sintiendo mucho dolor cada vez que me venía una contracción, así que me pusieron "un chute extra" sin tener que volverme a pinchar ni nada, sólo en la vía y los dolores se esfumaron, tanto, que no sentía nada de dolor, ¡se me cambió la cara!
Y al ponerme la epidural, mi cuerpo se relajó y de repente, en un momento ya había dilatado los 10cm, dilatación completa, así que era el momento de empujar.
Ya eran las 5 de la tarde, empecé a empujar con todas mis ganas y los ánimos de la matrona y sobre todo de Jesús, que no paraba de decirme lo campeona que era y lo bien que lo estaba haciendo. Me preguntaron si quería que me trajesen un espejo grande para ir viendo como salía y me encantó la idea, así yo cuando empujaba, empecé a ver la cabeza de mi bebé, ¡Sergio estaba apunto de llegar!
Era todo tan emocionante, no me podía creer que esa cabecita era la de mi bebé y que en pocos minutos lo tendría en mis brazos.
La cabecita y los hombros salieron y la matrona me preguntó si quería sacarlo yo misma, así que acerqué mis manos, cogí a Sergio por las axilas y lo saqué de dentro de mi para ponerlo en mi pecho, la mejor sensación que he vivido en la vida, algo inexplicable con palabras, pero que las que me estéis leyendo y seáis madre, sabréis perfectamente de lo que os estoy hablando.
Así que a las 17:41 llegaba Sergio al mundo para llenar nuestra vida de felicidad absoluta. De ese 12 de Septiembre ya ha pasado mes y medio pero al escribir este post no he podido evitar emocionarme de nuevo al recordar como fue todo y como lo que más quiero vino al mundo.